El caos del parto.
Hace unas semanas subí una foto de la genial Casa de naixements dónde enseñé una habitación preciosa en la que varias personas me preguntaron si había que pagar algún extra para entrar (no; es para usuarias de la sanidad pública), hermosa y ordenada.
Así suele estar cuando entramos.
Pero hoy me apetece mostrar la foto del ‘durante’. Del caos que supone un parto.
Y es que a mí me parece precioso el durante. Me gusta esta foto precisamente porque se ve casi todo lo que se puede necesitar durante un parto…y casi nada de lo que se ve es estrictamente material quirúrgico o médico.
Se ve:
Una cama grande y cómoda, pero en una esquina de la habitación. Es un elemento más pero no el central.
Hay luz por la fotografía, pero la ventanas están cubiertas por estores que sacan gran parte de la luz.
Una liana para poder agarrarse, tirar, hacer fuerza. De cuclillas, de rodillas, sentada en una silla de partos.
Una bañera, para llevar mejor las contracciones, para dejar que los músculos se relajen.
Hay una colchoneta en el suelo, por si necesitan ponerse a cuatro patas, o en cualquier otra postura que su cuerpo les pida.
Alli, abajo, en el centro derecho de la imagen un pequeño campo estéril con el material quirúrgico que pudiéramos necesitar, gasas, y a parte agua caliente (para la protección perineal).
El fenómeno del nacimiento lleva implícito el movimiento y la libertad, y se puede dar una asistencia de calidad en un entorno más acogedor, más familiar.
Para mí ver esto fue una revolución.
No hay dos nacimientos iguales, ya que no hay dos mujeres iguales ni dos bebés iguales.
Sí tuviera que describir lo que se ve en absolutamente todos los nacimientos , sean como sean, con una palabra, sería: fuerza.