La especialización en enfermería.

Este debate es un debate abierto con múltiples opiniones de distintos sectores, y a mi es algo que me asombra muchísimo y, bueno… ahí va mi opinión:

¿Cómo es posible que la gente respalde y respete tantísimo el sistema de formación MIR y sin embargo con el EIR aún tengamos que estar justificándonos?

Y lo digo a cuento de la última noticia que entra en mi whatsapp:

“La consejera de Sanidad de Valencia señala que crear puestos de trabajo específicos para profesionales especialistas “puede hacer atrapar a los profesionales en esa especialidad y que no tengan movilidad”.”

¡Hostia! ¡Pero si hasta nos apoya!…pero no, resulta que un poco antes señala que es un inconveniente.

¿Cuál es el inconveniente exactamente? ¿Qué la persona que trate a tu hijo en una unidad de hospitalización pediátrica se haya formado dos años a mayores del Grado Universitario específicamente en pediatría? ¿Qué la persona que atiende tu parto tenga que haber completado una formación asistiendo a un mínimo de 80 partos normales siendo tutelada? ¿Que se forme a una persona para fomentar hábitos de vida saludables entre la comunidad? ¿Qué quien esté contigo en tus últimos momentos haya dedicado su vida a aprender a como aliviar tu sufrimiento?

Me pregunto quién es la persona que quiere que lo trate la enfermera que acaba de llegar al servicio de urgencias por primera vez, aunque lleve 7 años trabajando en diálisis y sea una auténtica heroína que ha colaborado en salvar cientos de vidas y ha cogido otras tantas manos de pacientes para tranquilizarlos y acompañarlos en sus procesos.

¿Cuál es el interés detrás de todo esto? ¿De formar especialistas, invertir en ellos miles y miles de euros, y luego no permitirles trabajar como especialistas?

¿Es una enfermera no especialista vía EIR peor enfermera que una enfermera especialista vía EIR? ¡NO! Rotundamente no, pero tenemos que ser claros: a todos nos gusta trabajar en áreas en las que nos sentimos cómodos, y no pulular por los cientos de unidades diferentes, con sus cuidados y técnicas particulares, siendo cada día el nuevo, tardando el doble en cada tarea por no conocer la localización del material, y cuando te acostumbras: ¡Chas! A tu casa. Activa el sonido de tu móvil, te pueden llamar otra vez.

Venías de pediatría, ya llevabas allí unas semanas, parece que comenzabas a cogerle el truco al revisar las dosis 200 veces y de repente¡chas!, contrato de dos días en un centro de salud. De ahí, otras 4 semanas a urgencias. Y luego dos días en trauma, a cubrir unos LDs.

Y así cada semana, de cada mes, de cada año, durante…¿Cuánto? ¿10 años? ¿15? ¿20?

Especializarnos nos da la seguridad de que al menos, nos muevan a donde nos muevan, no nos sentiremos perdidos. Sabremos, mínimamente, qué nos vamos a encontrar. La enfermería ha avanzado muchísimo, cada vez tenemos una mayor responsabilidad, más competencias propias y sentimos un mayor grado de exigencia en nuestro desempeño.

Nadie desprecia a las enfermeras generalistas – y de así serlo, sería pura ignorancia- ya que al fin y al cabo, son las que están formando a las EIR. Muchísimas especialistas no son EIR, han accedido al título por vía excepcional o ni siquiera les han dado la oportunidad para ello, pero son especialistas. Porque han logrado llegar a un puesto en el que han podido establecerse, no sin esfuerzo, y han podido formarse como especialistas durante su desempeño laboral. Pero, si podemos, ¿por qué no acelerar ese proceso? ¿por qué hacernos pulular por todos los servicios hospitalarios y de atención primaria para finalmente asentarnos donde nos “toque” o donde “podamos”? ¡Si tenemos un sistema fantástico que sabemos que funciona! ¿Por qué no formar más –muchas más- y mejores EIR –mejorando la formación y las condiciones laborales- e ir poco a poco cubriendo las plazas de especialistas con especialistas? ¿Por qué no acelerar la concesión de las especialidades por vía excepcional a quienes lo hayan logrado? ¿Por qué no dejarnos crecer como profesión y cómo ciencia?

A nadie le gustaría pensar que lo va a operar de la rodilla un cirujano cardíaco. Y los cirujanos cardíacos son la caña. Operando corazones. En una rodilla…bueno, seguro que podría hacer algo, pero seguro que no sería excelente.

Y esto nos cae a todos de cajón, entonces ¿por qué nosotras tenemos que ser todotorrenos?

Dejadnos ser excelentes. Cuidar más y mejor a nuestra gente. Dejad que nos especialicemos, fomentadlo, remuneradlo, respetadnos.

Porque en esta vida todos, absolutamente todos, tenemos momentos en la vida en los que necesitamos que nos cuiden.

Y nosotras somos eso.

Especialistas en cuidar.

 

#ReconocimientoEIR

Publicado por Lidia Cigüeña

Eu son Lidia. Gústame camiñar polos pasillos dos hospitais vestida normalmente de azul e acostúmo a encherme de sangue en cada garda. Pero a diferenza do resto do hospital, eu estou nun lugar máxico, no que o sangue significa vida. Ese lugar chámase paritorio, nel aprendo a acompañar ás mulleres nos nacementos dos seus fillos e fillas. Para min cada nacemento é único, e disfruto acompañando a cada unha das mulleres que me permiten ser partícipe de algo tan marabilloso como é a chegada dunha nova vida ó mundo. Cada día aprendo cousas novas, aprendo e reflexiono. E iso é o que veño a contar aquí.

Deixar unha resposta

introduce os teu datos ou preme nunha das iconas:

Logotipo de WordPress.com

Estás a comentar desde a túa conta de WordPress.com. Sair /  Cambiar )

Facebook photo

Estás a comentar desde a túa conta de Facebook. Sair /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: